3.6.10






Por el hall de entrada del edificio iban y venían hombres con traje y mujeres elegantes. Las puertas de los ascensores se abrían y cerraban constantemente, dejando a la vista una cabina espejada y luminosa, custodiada por un guardia. Era imposible que toda esa gente se dedicara al tráfico de bebés. Era imposible que en todo aquel edificio funcionara, a escondidas, un negocio tan macabro.
—Vamos, ya pensaremos algo —dijo Lisandro.
Lo agarré del brazo, deteniéndolo.
—Esperá. Tiene que haber una forma de entrar y averiguar algo más. No sabemos nada, absolutamente nada.
—Sabemos que es grande, lujoso y extremadamente seguro —continuó—. Pero lamentablemente no creo que podamos… —se detuvo, fijando su mirada en el edificio contiguo.
—¿Qué pasa? —quise saber.
Sonrió.
—Vení conmigo.
Entramos rápidamente y nos dirigimos al mostrador en donde los guardias registraban a los ingresantes. Nos miraron, en silencio, con dos caras completamente inexpresivas. Contuve una sonrisa socarrona.
—¿Qué tal? —saludó Lisandro—. Venimos a ver al señor Ángel Demichel.
—¿Piso? —preguntó uno de ellos.
—No sé, es la primera vez que vengo.
El hombre suspiró profundamente, negando suavemente con la cabeza. Sacó una carpeta, que contenía cientos y cientos de nombres ordenados alfabéticamente. Buscó la letra “D”.
Derregueira, Liliana. De Giusto, Carlos. Del Compare, Guillermo.
Grabé esos nombres en mi mente. Sería suficiente.
—No encuentro ningún Demichel, señor.
Lisandro golpeó el mostrador suavemente. Hasta yo me lo creí.
—¿Cómo que no? —preguntó con indignación—. Me dijo que trabaja en el Ciudad de la Paz Office Center.
Sonreí por dentro, haciendo un increíble esfuerzo por mantenerme seria. Era, sencillamente, un genio. Jamás se me hubiese ocurrido algo así.
—Este es el Congardi V, señor. El Office Center es el de al lado —explicó el guardia, cordialmente.
—Disculpe —se lamentó Lisandro—. Es que tanto edificio me marea. Muchas gracias —se despidió y comenzó a caminar hacia la salida.
Lo seguí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario